Navegando por internet podéis encontrar muchas páginas con tipografías gratuitas. Evidentemente, cuanto más complicadas y recargadas sean, más difícil será el trabajo. Para comenzar, nosotros os recomendamos escoger alguna tipografía recta y, a poder ser, en estilo bold o black (negrita o extra negrita).

En cuanto al tamaño, lo ideal es que cada letra ocupe un folio completo. Con letras más pequeñas tendréis que hilar muy fino en el troquelado de los cartones que vamos a utilizar como molde, mientras que las letras mayores tendrán mucho peso.

Para fabricar el molde vamos a emplear cartones. Si habéis escogido una tipografía recta, procurad haceros con cartón ondulado doble o triple, que es muy grueso y os facilitará mucho el trabajo, pues con una sola plancha ya tendréis un molde profundo. Para las tipografías redondeadas, en cambio, emplead cartones normales. En este caso tendréis que transferir y cortar vuestras letras en tantos cartones como sea necesario para que el molde tenga la profundidad adecuada, y resulta más sencillo cortar letras redondeadas con el cúter cuando el cartón es fino.

Para transferir la letra al cartón emplearemos papel de calco. Se coloca la lámina boca abajo sobre el cartón y, sobre esta, el folio en el que hemos impreso nuestra letra. A continuación fijamos folio y calco a la plancha de cartón con cinta de carrocero y repasamos con un lápiz (no demasiado afilado) el contorno de la letra. Al retirar el folio y el calco, nuestra letra habrá quedado impresa sobre el cartón.

Ahora debemos cortar la letra con un cúter y una regla (o, si habéis escogido letras redondeadas, con mucha maña). Si no utilizáis cartones ondulados dobles o triples, deberéis repetir esta operación muchas veces, como ya hemos mencionado antes. Una vez que tengáis un buen montón de cartones troquelados, tendréis que pegarlos todos entre sí con cordones de cola blanca.

Por otra parte, tenéis que hacer piezas separadas con los huecos de las letras (el centro de la O, el hueco de la A, etc), bien sea mediante acumulación de cartones o con una sola pieza de cartón ondulado.

Al ser el cartón un material absorbente, es necesario protegerlo de alguna manera pues, si absorbiera humedad de la mezcla que vamos a verter en su interior, podría estropearse y perder la forma. Para evitar esto, forraremos tanto el interior del molde como los huecos de las letras con cinta adhesiva. Esto también es más sencillo cuando la tipografía que hemos escogido es recta.

Por último, necesitamos un fondo para el molde, igualmente impermeable. Lo conseguiremos forrando una plancha de cartón con cinta adhesiva. Sobre ella pegaremos nuestro molde troquelado, así como los huecos de las letras en el lugar que les corresponda. Para pegarlos utilizaremos cola blanca.

Para hacer las letras vamos a emplear Aguaplast Super Reparador. Mezclamos 0,25l por de agua por cada kilogramo de polvo y amasamos bien hasta obtener una masa homogénea y sin grumos, que verteremos en el molde. A continuación apretamos bien, obligando a la mezcla a rellenar hasta el más pequeño resquicio del molde. Por último retiramos el sobrante con una espátula para que la superficie de las letras quede lisa.

Puesto que hemos aplicado una capa muy gruesa de plaste, seremos generosos con el tiempo de secado y dejaremos el molde sin tocar durante 2-3 días. Una vez que la mezcla se haya secado completamente podemos proceder al desmoldado. Ahora podemos rematar el trabajo lijando aquí o corrigiendo allá con más plaste, según sea el caso. Lo que es seguro es que habrá que hacer correcciones, pues las letras reflejarán cualquier imperfección del molde y, además, es probable que quede cierta rebaba entre la plancha que hace de fondo y el molde propiamente dicho.

Se trata de un trabajo increíblemente fácil. Lo único que vais a necesitar son tres varas de madera de idéntica longitud y suficiente grosor como para aguantar el peso de una persona, unos tornillos de cierto tamaño, un saco de Aguaplast Super Reparador y un cubo de plástico. Procurad que el cubo no sea demasiado duro, u os las veréis y os las desearéis para desmoldar vuestro taburete.

Atornilla uno o dos tornillos a dos o tres centímetros de uno de los extremos de cada pata. Debes dejarlos a medio meter. Estos tornillos harán de ancla cuando los extremos queden «sepultados» en el plaste y evitarán que las patas se deslicen fuera de su sitio cuando el taburete este acabado.

La mezcla del plaste la haremos directamente dentro del cubo que va a servir de molde. Mezcla el Aguaplast Super Reparador con agua en las proporciones indicadas en el estuche. Para conseguir un taburete resistente, hazlo al menos de 15 centímetros de grosor. Una vez que tengas una mezcla uniforme agita el cubo y golpéalo por fuera para que las burbujas que pueda contener la mezcla emerjan. Deja ahora que la mezcla comience a secarse.

Cuando parte del agua contenida en la mezcla se haya evaporado, esta estará algo más dura. Es el momento pues, de introducir las patas. La razón de que lo hagamos ahora es que, al estar la mezcla más espesa, las patas se quedarán en su sitio y no se moverán. Introducimos pues el extremo de las patas en las que hemos introducido los tornillos. Las patas deben juntarse por un extremo en el centro del cubo, mientras que el extremo opuesto reposa sobre los bordes del mismo. Es importante que el punto en el que convergen esté bien centrado, o terminaremos con un taburete mal equilibrado.

Como siempre que utilizamos un plaste en un molde, seremos generosos con el tiempo de secado. 72 horas son mejores que 48. Una vez que el contenido del molde se haya secado completamente, haremos hueco entre el cubo y el taburete presionando hacia dentro y hacia afuera los bordes del cubo en la medida en que las patas nos lo permitan. Después, tiraremos enérgicamente del punto en el que las patas se unen, para sacar el taburete de su molde.

A fin de que el taburete no manche con el roce del pantalón, vamos a aplicar por último una imprimación transparente. Fixacryl de Beissier irá bien en este caso.

Comienza practicando algunos orificios en las puntas de los dedos de los guantes con una aguja o un imperdible. Estos agujeros son lo suficientemente pequeños como para dejar escapar el aire atrapado en las puntas, pero no como para permitir que salga el plaste.

A continuación introduce los guantes (con los dedos por delante) en sendas botellas de agua a las que previamente deberás haber cortado la parte superior. Haz un embozo alrededor del borde del recipiente con la parte posterior de cada guante, de manera que estos queden listos para recibir la mezcla.

Mezcla el Aguaplast Super Reparador de acuerdo con las medidas especificadas en el envase (0,4 litros por Kg de polvo) y remueve bien hasta conseguir una pasta homogénea y sin grumos. A continuación, vierte la mezcla en los guantes y reserva una pequeña parte. No te pases rellenando los guantes u obtendrás un macetero en forma de manos regordetas. Con que el plaste alcance dos tercios de la palma bastará.

Saca los guantes de sus recipientes de uno en uno y, manteniéndolos boca abajo, golpéalos suavemente para que cualquier burbuja de aire que haya quedado atrapada salga a la superficie.

La posición en la que dejemos los guantes a continuación será la que dé al macetero su forma definitiva. Nosotros te recomendamos que sitúes los guantes en un bol lo suficientemente ancho, de manera que los guantes queden ligeramente curvados. Para conseguir una posición más natural puedes colocar un trapo doblado en el fondo del bol, si este es muy profundo.

Para que ambas manos queden unidas conformando un único macetero, debes rajar la zona de contacto entre ambos guantes, a la altura de las palmas, con el cúter o las tijeras. El plaste vertido en el interior debe quedar a la vista. A continuación, ‘conecta’ el plaste de ambas manos vertiendo un poco más de mezcla sobre la zona. Ojo con pasarte, con un chorrito que conecte el contenido de ambos guantes es más que suficiente. Por último, sitúa un peso sobre esa unión, a fin de que el fondo del macetero sea cóncavo.

Una vez que el plaste haya secado (entre 2 y 4 horas dependiendo de las condiciones de humedad), puedes sacar a la luz tu macetero deshaciéndote de los guantes. Para ello necesitarás unas tijeras y un poco de paciencia. Cuando hayas descubierto el macetero al completo, examínalo buscando imperfecciones que limar. La zona de las muñecas probablemente necesite un pequeño lijado.