El universo de los suelos, de los pavimentos, ¡es realmente inmenso! Cada espacio necesita de uno específico y, no sólo a nivel estético, sino también a nivel técnico y de prestaciones. Por eso, cuando se nos estropea o desgasta el que tenemos en casa… ¡el susto pensando en el coste y el tiempo de cambiarlo puede ser mayúsculo!
Pues bien, cada vez hay en el mercado soluciones más adaptadas para que cambiar o reparar el suelo de casa no sea tarea imposible. Ahí es dónde entran los denominados suelos vinílicos o de PVC. Gracias a las grandes ventajas que ofrecen ¡podemos instalarlos hasta nosotros mismos!
Durabilidad, resistencia y mantenimiento difíciles de equiparar
Este tipo de material es apto para suelos tremendamente transitados (de hecho es el tipo de pavimento más instalado en hoteles, restaurantes y tiendas), para zonas de interior (aunque sean húmedas, como en cocinas y baños), para exterior o para todo tipo de ambientes con temperaturas complicadas.
Al ser un material artificial su respuesta a cambios térmicos o de humedad es mucho mejor y más controlada que una madera, por ejemplo, en la que habrá que vigilar entre otros factores cuestiones de dilataciones, grietas, etc.
Diferentes texturas y opciones de acabados
Hay suelos vinílicos en millones de acabados y texturas diferentes. Con aspecto madera, baldosa, hormigón, piedra… Y, por supuesto, en centenares de colores y con formatos de lamas para todos los gustos.
Estos en concreto son de la marca Gerflor, que acaba de lanzar una colección renovada de ellos -Creation- con más de 80 acabados diferentes y varias posibilidades de instalación.
Diferentes formas de instalación
La instalación de este tipo de suelos no puede ser más rápida, sencilla y limpia. Existen diferentes formas de colocarlos, pero en algún caso hasta cuentan con un sistema de “clic” que nos permite ponerlo a nosotros mismos en casa, ¡como si de un sencillo DIY se tratase! También existe instalación mediante adhesivo o bien mediante un encolado suave que necesita -eso sí- una preparación previa de la solera.
Aun así, en ningún caso se daña la superficie previa existente sobre la que se instala.
Relación calidad-precio más que aceptable
El precio de este tipo de suelos resulta bastante económico. Además, en la mayoría de los casos, son antialérgicos, antiestáticos y -dependiendo- antideslizantes también.
¡Y ah! Tened siempre en cuenta que si decidís cambiar el suelo de casa será necesario tener en cuenta el factor rodapié. Si los que tenéis están deteriorados también deberéis arreglarlos. Hacerlo es muy rápido, económico y sencillo con la masilla Aguaplast Madera -disponible en variedad de colores para que sea igual que el del rodapié- y aplicable directamente desde el tubo en las ranuras correspondientes después de que se haya desprendido de la pared o del suelo.
Con estas facilidades es mucho más sencillo que nos animemos a cambiar el suelo de nuestra casa, ¿verdad?