La madera es un material que luce muy bien en terrazas y balcones, pero también sufre mucho a la intemperie. Sus grandes enemigos son la humedad, los rayos del sol y los insectos xilófagos. Para protegerla de ambos basta con hacer algo de mantenimiento al menos una vez al año. Estos son los pasos que debes dar.
01 Aplicar un protector de fondo
Los protectores de fondo son tratamientos a poro abierto, es decir, que en contra de los barnices, no crean una película continua, sino que penetran en la madera igual que lo hacen los consolidantes de paredes. Esto permite que la madera respire y regule la humedad, algo muy importante en maderas sometidas a la intemperie.
Los protectores de fondo, además, son hidrófugos, ofrecen gran resistencia a los rayos UV y, en algunos casos, incorporan protección contra xilófagos. Así que con este producto ya conseguimos cierta protección contra los tres grandes enemigos de la madera exterior que hemos citado antes.
02 Aplicar un protector decorativo
Igual que en el tratamiento de fondo, la característica principal del protector decorativo, o lasur, es que se trata de un tratamiento a poro abierto. Con un lasur incrementaremos la resistencia a la humedad y los rayos UV, pero además haremos que la madera luzca mejor, otorgándole mayor brillo o contraste de beta, oscureciéndola… en definitiva, el efecto que escojamos, que hay muchos.
Antes de aplicar un protector decorativo es recomendable lijar ligeramente toda la superficie de madera para suavizarla al tacto.
03 Aplicar aceites
Las maderas tropicales, como la teca, son muy utilizadas en mobiliario de exterior debido a su tremenda resistencia a la humedad. Y es que se podría decir que este tipo de maderas son resistentes a la intemperie por naturaleza. Por ello requieren un tratamiento distinto que consiste en una “rehidratación” con un aceite especial conocido como aceite de teca o aceite para teca. La pega de este tratamiento es que hay que aplicarlo más a menudo que el del lasur; al menos una vez al año, e incluso más a menudo si vemos que la madera empieza a secarse y a perder color. En cualquier caso, debido a su tremenda resistencia, eso es lo más que les pasará de no tratarlas: que perderán color y lucirán peor.
Aparte de todo lo anterior, es muy recomendable que cubramos o protejamos en el interior los elementos de madera que nos sea posible, especialmente el mobiliario. Esto alargará muchos años la vida útil de nuestros muebles.