Antes de ponerte manos a la obra, te recomendamos darte un garbeo por Internet en busca de inspiración. Allí encontrarás de todo, desde plantillas (si es que no quieres esmerarte con la cinta de carrocero) hasta imágenes de los trabajos de otras personas que ya se ha animado a hacer un trabajo de este tipo.

Pero tal vez lo más interesante sea visitar alguna página de diseño gráfico o de fotografía. En ellas suele haber apartados en los que se proponen distintas combinaciones de color. A menudo nos topamos con una combinación improbable que, sin embargo, ¡funciona muy bien!

Como siempre que trabajamos con madera, debemos empezar lijando toda la superficie del elemento sobre el que estemos trabajando. Recuerda que para lograr un buen lijado hay que ir pasando gradualmente de lijas gruesas a finas.

Imprima la superficie del mueble o elemento sobre el que vayas a trabajar. Puedes recordar aquí cómo se hace. Con ello conseguirás una absorción regular de la pintura que vayas a aplicar después, así como un fondo de color uniforme. Para dar este paso te recomendamos la pintura e imprimación todo en uno Todo Terreno.

Una vez que la imprimación haya secado, dale un lijado fino al mueble para acabar con cualquier irregularidad de la imprimación (goterones, chorretes… etc). Cuando hayas terminado, repasa todo el mueble con un trapo para retirar el polvillo resultante del lijado.

Es la hora de aplicar el color. Coloca la cinta de carrocero según el diseño que hayas pensado. Para no cometer errores, puedes marcar muy ligeramente las líneas con un lápiz, antes de colocar la cinta.

Si tu diseño contiene más de un color, empieza siempre por el más claro. Deja secar esta primera capa y, a continuación, aplica una segunda mano. Recuerda retirar la cinta de carrocero antes de que esta segunda mano haya secado por completo (¡pero no inmediatamente!). Esto es importante porque, de lo contrario, podrías llevarte un trozo de pintura cuando retires la cinta.

Si tu diseño contiene más de un color, es seguro que vas a tener que retirar toda la cinta de carrocero y hacer un nuevo enmascarado que por fuerza cubrirá la zona ya pintada. Aquí es importante tener en cuenta dos cosas:

1. La pintura que ya hemos aplicado debe estar completamente seca y la cinta de carrocero no ser demasiado adherente. No queremos dañar el trabajo que ya hemos hecho.
2. No deben quedar huecos no deseados entre los distintos colores. Es mejor que te comas un milímetro del color previamente aplicado a que se vea un trozo de la zona imprimada. Por eso hemos empezado aplicando primero el color más claro.

Una vez más, aplica al menos dos manos de pintura y retira la cinta antes de que la segunda haya secado por completo.

Como siempre, el último paso cuando se trata de trabajar sobre madera, consiste en aplicar un barniz que proteja nuestro trabajo.

Comenzamos preparando la pared como para cualquier otro trabajo de pintura: limpiando bien el polvo y las manchas, protegiendo el suelo con papel de pintor y enmascarando las superficies que no queramos pintar (interruptores, enchufes, radiadores, rodapiés…)

Si vamos a llevar a cabo el trabajo con una pintura de un color distinto al de la pintura antigua, pintaremos la pared normalmente, con un rodillo, y dejaremos que esa mano o manos sequen antes de empezar con este trabajo.

Para dar relieve a la pintura vamos a necesitar que esta sea bastante espesa, por lo que evitaremos diluirla. La aplicaremos con un rodillo muy cargado (tanto que el principio ni siquiera rodará). Por lo tanto no es en absoluto necesario emplear una bandeja escurridora. Tampoco nos preocuparemos por extender demasiado bien la pintura, esta debe quedar “emplastada”, más que extendida, aunque cuidando de no dejar una capa exagerada.

Nosotros hemos empleado para este trabajo Lismoat Anticondensación; una pintura que, además del efecto decorativo que buscamos, nos dará ciertas propiedades aislantes.

Usaremos una paletina de pelo largo para marcar los patrones semicirculares. Simplemente apoyaremos la paletina sobre la pintura y la extenderemos en un semicírculo. El pelo de la herramienta creará ese efecto estriado. Nuestra recomendación es comenzar por la parte superior de la pared e ir bajando “en filas”, de esa manera los patrones inferiores se superpondrán a los superiores, creando una sensación de profundidad.

En los rollos de papel pintado encontraréis un cuadro indicativo con varios datos útiles (tintada, método de encolado, lavabilidad…). El que nos interesa aquí es el tipo de case, que puede ser recto (el dibujo del papel siempre se encuentra a la misma altura) o salteado (el dibujo tiene el case desplazado en diagonal entre ambos lados de la tira). Pero a lo que realmente debemos prestar atención es a la cifra que aparece junto al símbolo del case. Esta cifra indica la pérdida máxima de papel que puede producirse por tira al intentar hacer coincidir los motivos y es de la mayor importancia.

La primera tira es la más sencilla de colocar. Medimos la altura entre el suelo y el techo, cortamos una tira de dicha longitud y la pegamos en una esquina de la pared siguiendo el método de encolado que indique el fabricante. Con esta tira colocada, ya tenemos una referencia para ir colocando las siguientes.

Volvemos a medir la altura de la pared. Parece una tontería, pero a veces, sobre todo en las casas viejas, los suelos van cediendo y la altura en el centro de la estancia es ligeramente mayor que en los bordes, así que tomaremos una medida cada vez. A esta altura , le sumaremos los centímetros que indique el case y cortaremos una tira nueva de esa longitud. Ahora tenemos una tira más larga que la altura de la pared, lo cual nos deja un margen para encontrar el punto en el que los motivos coincidan.

Encolamos la tira siguiendo las instrucciones del fabricante y la llevamos hasta el lugar en el que vamos a colocarla, junto a la anterior. Ahora, mientras sujetamos la tira con las manos en la parte alta de la pared, la haremos pasar arriba y abajo hasta que encontremos un punto en el que los motivos de esta tira coincidan con los de la anterior. Una vez que lo tengamos, pegaremos la tira poco a poco, haciendo las correcciones que sean necesarias.

Con la segunda tira ya pegada en su sitio, nos sobra algo de papel por encima y por debajo (la suma de ambos sobrantes, obviamente, nos da el total del case). De momento no cortaremos estos sobrantes, pues al hacerlo podríamos desplazar el papel, que apenas está pegado. Es mejor esperar a que el pegamento haya secado un poco. Sin embargo, como el peso del sobrante superior puede hacer, en ocasiones, que la tira se despegue entera, sí podemos reducir el peso recortándolo un poco con unas tijeras.

Aplicaremos el mismo método (medir, sumar, encolar, buscar el punto y pegar) una y otra vez, hasta que tengamos toda la pared cubierta con el papel. Por último, cuando hayamos terminado y las cola esté bastante seca, cortaremos los sobrantes de arriba y abajo con la ayuda de una regla y un cúter y aplicaremos algo más de cola, si hiciera falta, a fin de que los bordes queden bien pegados.