En Bricopared hemos hablado en varias ocasiones de cómo decorar paredes de un modo original y único. La semana pasada, sin ir más lejos, hablamos de cómo pintarlas con el método splatter. Hoy os traemos una técnica igualmente original, pero que en lugar de prestar atención al color, pone el foco de atención sobre la textura de la pared. Y es que ¿quién ha dicho que las paredes deban ser necesariamente lisas?
Hace algún tiempo ya hablamos de una técnica que empleaba pintura para texturizar la pared con patrones en forma de olas. Hoy os traemos una vuelta de tuerca a esa misma técnica. En este caso empleamos un plaste y una llana dentada para conseguir una textura mucho más marcada. ¿Quién se atreve a probarlo? Estos son los pasos a seguir.
01 Aplica un fondo
Para llevar a cabo esta técnica la pared ya debe estar enlucida. Es decir, de lo que hablamos aquí es de una técnica decorativa, no de una técnica de enlucido, aunque vayamos a emplear un plaste. Por lo tanto, si la pared no está enlucida por ser nueva (o por cualquier otro motivo), será necesario aplicar un plaste que servirá como fondo. Nosotros, en este caso, hemos empleado un producto llamado Enduit Cubregotelé. Si lo deseamos, además, es posible colorear el plaste directamente, en lugar de pintar la pared posteriormente.
02 Aplica el plaste
Con el fondo bien asentado, es hora de aplicar la capa sobre la que vamos a crear las formas. Una vez más aplicamos una mano de Enduit Cubregotelé. Cuanto más gruesa la capa, más marcadas quedarán las formas que vamos a trazar sobre ella. Esta primera mano la tratamos como una capa final, tratando de que no haya grandes irregularidades.
03 Crea las formas
Con el plaste aún fresco, tomamos una espátula dentada de las que se emplean al aplicar cemento cola, y comenzamos a trazar el patrón en forma de ola. El efecto será tanto más dramático cuanto más pronunciadas sean las ondas. Eso sí, recuerda que para dar cierta sensación de profundidad tendrás que empezar por la parte alta de la pared, de manera que las marcas más bajas “pisen” a las altas. Los bordes son las partes más complicadas de conseguir, pero si empleamos este recurso decorativo en una sola pared de la estancia, siempre podremos colocar después unas molduras que disimulen los bordes y dejen claro que esa pared es una obra de arte en sí misma.
¿Qué os parece esta idea? ¿Alguien se atreve a ponerla en práctica? Si es así, recordad, nos encantaría ver qué tal os va. ¡Compartid vuestro proyecto con nosotros!