Al aislar del frío en invierno y el calor en verano, se consigue un mayor nivel de confort y un ahorro energético de en torno al 50%

Por el mismo motivo, se evitan los problemas de condensación sin comprometer la transpirabilidad. Adiós a la humedad y a los microorganismos que campan a sus anchas por las esquinas

Se gana aislamiento sin pérdidas de espacio en el interior del edificio. Olvídate de los trasdosados de yeso laminado en las paredes perimetrales.

Resulta más barato que otros sistemas aislantes que ofrecen prestaciones similares

Las obras apenas perturban a los inquilinos, pues se realizan enteramente en el exterior. Nadie entrará en tu casa para nada.

SATE Beissier Therm es un sistema ligero, aunque muy duro. No se recarga las estructura del edificio, con lo que no verás aparecer grietas ni fisuras debidas al peso de la nueva envolvente.

Se consigue un acabado de la fachada a demanda de los vecinos. Cualquier combinación de color es posible. El límite lo marca la imaginación (¡y tal vez las normas de estética del ayuntamiento!).

Se consigue un certificado energético mejor en la tasación, prueba de que la demanda energética de la vivienda es reducida. Todo ello supone una revalorización inmediata de la vivienda de cara a una eventual venta.

Siguiendo el proceso habitual en cualquier intervención comenzaremos por eliminar aquellos elementos (pinturas, yesos, etc.) que se encuentren degradados y con escasa consistencia. Posteriormente limpiaremos todas aquellas superficies polvorientas o elementos contaminantes. En el caso de paredes con texturas rugosas muy pronunciadas o paredes con gotelé, sería necesario el alisado previo porque los pasos posteriores van a requerir de una superficie lisa para su ejecución.

Una vez tengamos la superficie sana, limpia y lisa, procederemos a la aplicación de imprimación. Utilizaremos Fixacryl con una dilución 1:4. El objetivo de este paso, es el sellado máximo de la porosidad del soporte. Dejamos secar.

A continuación vamos a colocar un velo de fibra de vidrio de 47 gr/m2 (tipo Veloglas), que será el que absorba gran parte de los movimientos de la pared sin fisurarse. Pero para colocarlo, antes debemos aplicar la cola. Para ello aplicaremos Glutafix 5 de Beissier con un rodillo. Es fundamental extender el producto antes de que se produzca el secado de la cola. Para ello es recomendable que tengamos previamente preparadas varias tiras de velo cortadas y a poder ser enrolladas o ligeramente dobladas, con el objetivo de facilitar la ejecución del pegado una vez está aplicada la cola. Estas tiras deberán tener una medida sobrante por cada uno de sus extremos.

Colocaremos el velo sin solapes, pero con una unión “a testa” entre paños. Se inicia la colocación del velo de arriba hacia abajo y empezando siempre por una de las esquinas interiores de la pared. En la esquina colocaremos el velo perfectamente unido al vértice interior y en la unión con el techo dejaremos un sobrante mínimo de 5 cms.

Tras el aplacado provisional de la parte superior, aprovecharemos para cortar con la cuchilla el sobrante de velo, siguiendo la línea de unión al techo. Es fundamental a lo largo de toda la colocación, evitar la formación de pliegues y burbujas mediante el alisado con una llana de plástico, con movimientos del centro hacia los extremos del paño.

Llegados a la parte inferior de la pared, a la línea de zócalo, procederemos a cortar el sobrante con un cúter. Después repetiremos el proceso con los paños contiguos.

Una vez que la cola haya secado completamente y el velo esté bien fijado, procederemos al enlucido de la pared con un plaste de renovación. Podemos emplear Aguaplast Renovación o Aguaplast Rodillo. Aplicaremos las capas necesarias hasta obtener una superficie perfectamente lisa.

Por último, volveremos a imprimar la superficie con Fixacryl antes de volver a pintar. Para pintar, recomendamos utilizar Beta 92 o Pintaplaca Flex, ambas pinturas de alta calidad. Especialmente recomendable es la segunda, porque genera un sistema flexible en todas sus fases de aplicación.

Como siempre que emprendemos un trabajo nuevo, debemos comenzar limpiando bien la superficie. La zona debe quedar libre de grasas, partes flojas y polvo.

Tratándose de conseguir paredes más resistentes, aplicar una primera capa de consolidante es de la mayor importancia. Fixacryl penetra en las primeras capas del material y se endurece, ofreciendo una superficie más resistente y de poro cerrado, lo cual es muy útil par recibir el plaste que vamos a aplicar encima.

Para que la malla quede bien sujeta en su lugar, lo primero que debemos hacer es aplicar una primera mano de plaste. Evitaremos los plastes de secado rápido, pues hay que colocar la malla mientras el plaste aún está fresco y un producto de secado rápido nos obligaría a trabajar muy deprisa o a colocar trozos de malla pequeños, lo cual, evidentemente, restaría efectividad al resultado final. En este caso podemos utilizar Aguaplast Renovación

Cubrimos cuanta más superficie podamos con el plaste ayudándonos de una llana y una espátula. Inmediatamente después colocamos la malla encima, bien tirante, y apretamos con la llana sobre ella para que se hunda en la capa de plaste y quede bien adherida. Una vez que tenemos toda la superficie de la pared enmallada (tirante, sin ondulaciones ni zonas despegadas), esperamos a que el plaste seque.

Cuando el plaste ya esté completamente seco podremos empezar a aplicar más manos encima, hasta que la malla haya quedado completamente cubierta. La última capa la lijaremos  para que quede todo lo lisa posible, ¡y listo! Ya podemos pintar encima.