Las molduras en los techos son un recurso decorativo que se ha venido utilizando durante muchísimos años. Antiguamente eran un símbolo de sofisticación, al parecer, tanto más cuanto más recargadas y complejas fueran. Hoy en día, en cambio, dominan las formas puras y racionales, pero por lo demás siguen siendo elementos muy atractivos y, por suerte, mucho más asequibles. Gracias a la aparición de las molduras de poliestireno (EPS), ya no es necesario contratar los servicios de un escayolista; basta con un poco de ganas y otro poco de maña para que tus techos luzcan unas espectaculares molduras. Bueno, eso y seguir estos pasos.
Pero antes, algunos consejos de nuestro manitas de Youtube, Jon Ariño
01 Calcula cuánto material vas a necesitar
Independientemente del diseño que escojamos, casi todas las molduras de poliestireno suelen venir en piezas de 2 metros. Así pues, lo primero que debemos hacer es medir el perímetro de la o las habitaciones en las que vayamos a colocarlas y calcular el número de piezas que vamos a necesitar.
Es conveniente sumar a esta medida un 5-10% extra, en previsión de las pérdidas que puedan producirse. Debes tener en cuenta que, cuanto más largas sean las piezas que coloquemos, mejor efecto harán. En ningún caso conviene acabar usando restos de corte, pues las juntas serán demasiado visibles. Por eso es conveniente tener algunos metros extra.
02 Corta la primera pieza
Debes comenzar siempre por uno de los ángulos de la habitación. Aquí has de respetar siempre una norma: si dos piezas se encuentran en mitad de una pared (es decir, en el mismo plano), debe respetarse el corte recto (90º); en cambio, cada vez que una moldura llegue a una esquina, deberá hacerlo con un corte en inglete. Obviamente, este inglete será en un sentido u otro en función de si se trata de una esquina rinconera o una esquina cantonera (te las encontrarás en columnas o cuando debas rodear cajas de persiana).
Lo más habitual, es que las esquinas de las habitaciones sean siempre de 45º, pero si las paredes no están bien escuadradas o si son esquinas con ochavo (es decir, con rebaje), deberás calcular tú mismo el ángulo de inglete y en ese caso puede que no te valga con una ingletadora manual estándar. Lo mejor entonces es que consultes en tu punto de venta habitual para saber qué herramienta necesitas.
Dicho esto, coge la primera pieza y llévala a la ingletadora manual. Lo mejor es que utilices una sierra de dientes finos, porque así obtendrás un corte limpio.
03 Coloca la primera pieza
Aplica la cola (nosotros te recomendamos Fijatodo de Beissier) en dos líneas, una por cada cara de la moldura, y pégala empezando por la esquina en la que hayas decidido comenzar. Presiona con la mano a lo largo de toda la pieza para asegurarte de que ésta se pega correctamente. Si en algún punto ves que la cola se ha desbordado —cosa normal —, límpiala con un trapo mientras todavía esté fresca. Si ha salido demasiada cola, puedes retirarla con una espátula y después pasar el trapo.
04 Coloca las demás piezas
Básicamente, ahora debes repetir el paso 3 hasta haber completado todo el perímetro de la habitación. Recuerda siempre la norma básica: si las piezas se encuentran en esquina, deben ir cortadas a inglete; en mitad de una recta, en cambio, se debe respetar el corte recto.
Por otro lado, ya hemos comentado antes que las piezas deben ser lo más largas que sea posible, evitando específicamente usar secciones demasiado cortas. En la práctica esto significa que, si estamos ante una pared de 250 centímetros, por ejemplo, es mejor colocar dos piezas de 125 que una de 200 centímetros y otra de 50 centímetros. A no ser, claro, que la unión entre ambas piezas vaya a quedar disimulada por algún armario o cualquier otro elemento.
05 Cierra los huecos
Ya tenemos las molduras pegadas por toda la habitación. Pero si te fijas, de momento parecen justo eso: piezas pegadas. Una moldura bien colocada debe parecer parte de la pared, no un añadido. Por eso ha llegado el momento de “integrarlas”. Y para ello vamos a utilizar Aguaplast Pluma.
Aplicaremos la masilla a lo largo de las dos juntas, tanto la superior (techo-moldura) como la inferior (pared-moldura). Aunque Aguaplast Pluma puede aplicarse con el dedo, en este caso utilizaremos una espátula, pues conviene lograr una aplicación regular a lo largo de toda la moldura. Sí podemos utilizar el dedo, en cambio, para aplicar la masilla en los puntos en los que se unen dos secciones, bien sean rectas o esquinas.
06 Pinta
Ha llegado la hora de pintar las molduras. Coloca cinta de carrocero en el techo y en la pared, a lo largo de toda la moldura, y ponte manos a la obra. Para pintar molduras, lo mejor es utilizar una brocha ancha con la que daremos pasadas en el sentido longitudinal. Recuerda quitar la cinta de carrocero antes de que la última mano de pintura haya secado completamente.
Las molduras, como cualquier otro elemento, pueden pintarse del color que deseemos, pero casi siempre suelen dejarse del mismo color que el techo. De hecho, unas molduras blancas quedan especialmente bonitas si la pared es de color y el techo es blanco.
Ya lo tienes. Ahora no estaría de más que hicieras algunos ejercicios de cuello, y que despejaras los suelos, porque te garantizamos que, durante un tiempo, no podrás dejar de mirar hacia arriba.