Los tiempos cambian y con ellos también lo hacen las modas. Cuando uno menos se lo espera, ese armario o esas baldas que nos parecieron tan funcionales en su día, de repente se nos antojan un horror que hay que retirar sin perder un segundo. Es posible, sin embargo, que al apartarlas de la pared descubramos que en su lugar quedan unos tacos de plástico muy poco estéticos. ¿Estamos, pues, condenados a esconder esa pared de por vida? ¡Nada de eso! Sigue estos pasos y borra el recuerdo de tu antigua decoración.
01 Saca los tacos
Lo primero que debes hacer es retirar los tacos de fijación. Aquí puedes encontrar un sencillo truco para hacerlo sin complicarte demasiado la vida.
02 Limpia la zona
Antes de proceder a rellenar los agujeros, debemos limpiar la zona para retirar el polvo que seguramente habrá quedado al extraer el tirafondo y que podría reducir la adherencia de la masilla.
03 Aplica el producto
Para tapar el orificio te recomendamos que utilices Aguaplast Pluma ¡es tan sencillo y ligero que puedes aplicarlo con el dedo! Además, como no merma al secarse y tiene un acabado muy fino, no será necesario que luzcas la zona con ningún otro producto. Si ves que sobresale un poco, puedes lijarlo para que quede al ras de la pared.
Ya tenemos los orificios sellados y la pared preparada para una segunda vida. ¡Un poco de pintura y a pensar en una nueva decoración!