Mucho te tiene que gustar el bricolaje para que te motive incluso la que para nosotros es la parte más desagradable de todas: la limpieza de las herramientas después de cada trabajo. Más aún, cuando hablamos de trabajos de pintura, o barnizado, lacado, etcétera; es decir, tareas que implican el uso de pinceles, paletinas, brochas o rodillos. En tales casos la cosa es especialmente engorrosa.
Pero como se trata, al fin y al cabo, de una tarea ineludible cuando pintamos (a no ser que seas de esos que tiran las herramientas cada vez), merece la pena que compartamos algunos consejos sobre ello. Ahí van:
01 El truco del plástico
En Bricopared solemos hablar de dos trucos del plástico; uno sirve para diagnosticar humedades (lo puedes ver aquí), y el otro, el que nos importa en este caso, nos evita tener que limpiar las herramientas de pintura entre mano y mano. Como ya hemos hablado de él con anterioridad, no nos extendemos, te lo dejamos aquí. Solo podemos decir que no sabemos cómo pudimos vivir sin él antes de conocerlo.
02 Limpiar con Limpión
Limpión es un producto de Beissier específicamente desarrollado para la limpieza en trabajos de pintura. Solo que después de su lanzamiento ha demostrado ser eficaz en muchos otros tipos de mancha. Por ejemplo, disuelve manchas de alquitrán y rotulador en vehículos, limpia manchas de pintura plástica, esmalte fresco, grasa, restos de cola, resto de espuma de poliuretano fresca, etc. Te dejamos aquí un artículo sobre el tema.
03 La importancia del papel absorbente
El papel absorbente viene muy a mano en la tarea de limpiar las herramientas. En primer lugar, porque podemos usarlo para retirar la mayor cantidad de pintura antes de aclararlas con agua o disolvente, y en segundo lugar porque, después de hacer dicho aclarado, podemos envolverlas en papel para absorber el exceso de líquido.
04 Agua al agua. Aceite al aceite
Suena a consejo homeopático, pero así es: las pinturas con base de agua se limpian con agua, y las de base disolvente, con disolvente (por ejemplo, con aguarrás o acetona). Intentar limpiar con agua una brocha manchada con pintura al disolvente no va a hacer sino empeorar las cosas, créenos.
Una de las ventajas en este caso es que las pinturas al agua podemos situarlas bajo una corriente continua de agua (de un grifo o una manguera) y limpiarlas con una cantidad importante de agua, porque son respetuosas con el medio ambiente. En el caso de los disolventes, tendremos que usar una cantidad limitada de producto (que el disolvente cuesta dinero) y deshacernos de él en un punto limpio.
05 Limpiar con suavizante
En el caso de las pinturas al agua, cuando el agua o el disolvente no han sido suficientes para desincrustar la pintura, el suavizante puede resultar útil. Basta con disolver un cacito de suavizante en agua y enjuagar dentro las herramientas. Después las dejaremos reposar en la mezcla algo más y, por último, las aclararemos con agua.
06 Limpiar con detergente
El detergente es útil para casos aún más difíciles. En este caso introduciremos la herramienta en detergente sin disolver y la rasparemos para arrancar la pintura incrustada. Después aclaramos con agua y dejamos secar.
07 Recuperar herramientas con manchas secas
Si no hemos sido muy cuidadosos con el proceso de limpieza en nuestro anterior trabajo de pintura, seguramente encontraremos las herramientas completamente tiesas. En estos casos podemos introducir las cerdas en una olla con vinagre y hervirlas unos minutos. Después aclararemos con agua y listo. En el caso de los rodillos, a no ser que sean carísimos, es posible que este truco no compense, porque requeriría una gran cantidad de vinagre.