Las consultas acerca de cómo hemos de aplicar la pintura con un rodillo son bastante habituales en Bricopared. Y es que, aunque pintar una estancia es algo que está al alcance de cualquier persona, es cierto que conseguir un acabado casi profesional requiere algo de maña y, sobre todo, una buena técnica.
Hoy nos vamos a centrar precisamente en esa técnica, o mejor dicho, técnicas. Pero antes de entrar en el asunto, ahí van unas normas que conviene observar independientemente de qué técnica se use. Nos referimos, eso sí, a cosas a tener en cuenta en el momento de la aplicación, no a otros consejos más generales como los que os dimos aquí.
01 Consejos generales
Gran parte del éxito de un trabajo de pintura lo determina la carga del rodillo. La herramienta debe salir de la bandeja sin gotear. También hay que evitar que una parte del rodillo se lleve toda la carga y la otra no; para eso está la bandeja, es necesario hacer rodar el rodillo para uniformizar la carga.
A la hora de llevar el rodillo a la pared, si la carga de pintura es la correcta, este debería rodar sin problemas desde el principio. Es importante, eso sí, no hacer demasiada presión, el rodillo no debe chorrear en ningún momento, ni siquiera aunque pensemos pasar el rodillo sobre esos goterones inmediatamente. Además, haremos la primera pasada siempre de abajo arriba, porque de esta forma la pintura sobrante se agrupa sobre el rodillo y se va estirando, mientras que si hacemos la pasada de arriba abajo este sobrante goteará o chorreará.
La pintura debe estirarse bien, y aquí la paciencia es una gran virtud: nunca te desplaces a otro punto de la pared sin haber extendido bien toda la pintura que has aplicado sobre la pared, la pintura que no se haya extendido bien puede secar más rápido de lo que crees y quedar formando goterones.
Por último, recordar que siempre debemos comenzar pintando las esquinas. Las técnicas descritas a continuación solo se aplican a los paños en sí.
Y ahora sí, veamos las dos técnicas principales de aplicación de pintura.
02 Técnica en cruz
La técnica de aplicación siguiendo un esquema en forma de cruz consiste en alternar pasadas en sentido horizontal con pasadas en sentido vertical en una misma mano o en manos consecutivas. Realmente podríamos llamarla también técnica en forma de X, porque las pasadas no tienen por qué ser estrictamente horizontales y verticales; lo importante es que entre ellas mantengan un ángulo cercano a los 90º. Esta técnica evita que se creen patrones en un mismo sentido que llamen al ojo (a veces casi inconscientemente), algo que puede ocurrir especialmente con pinturas brillantes o de color.
03 Técnica de la W
Esta es sin duda la forma más sencilla y cómoda de pintar y con ella se obtienen muy buenos resultados. Empezaremos en uno de los laterales de la pared. Damos una pasada vertical en sentido ascendente y descendente. Después volvemos a ascender de manera ligeramente oblicua para caer a continuación en vertical. Desde aquí volvemos a subir en oblicuo, etc. De esta manera las pasadas oblicuas nos van desplazando hacia el otro extremo de la pared. Al llegar allí comenzaremos el proceso inverso, desplazándonos hacia el otro lado, hasta haber cubierto toda la pared en ambos sentidos. Es importante, eso sí, que las pasadas “se pisen” entre sí, no hay que tener prisa por llegar hasta el otro lado de la pared.
Con esta técnica, lo que ocurre en realidad es que damos pasadas oblicuas en un sentido y en otro (unas a la ida y otras a la vuelta), además de pasadas verticales, con lo cual evitamos esos patrones de los que ya hemos hablado y, además, estiramos la pintura muy bien, porque el rodillo pasa por cada sitio varias veces en cada mano. Y todo esto sin necesidad de tener que aplicar pintura en sentido horizontal (que es muy incómodo).
En ambas técnicas resultará especialmete un alargador para el rodillo. Esta herramienta, que mucha gente solo considera necesaria para llegar a lugares elevados, es en realidad una forma estupenda de ampliar el alcance de nuestras pasadas y resulta muy útil para pintar una la pared. Además, gracias al alargador también nos evitaremos el esfuerzo de acuclillarnos cada vez que queramos recargar el rodillo.