Aplicar plaste no tiene mucho secreto. El manejo de la llana y la espátula mejoran mucho con la práctica, es cierto, pero quien más quien menos puede reparar un agujero o una fisura, y un bricolador medio puede alisar una pared entera sin demasiado problema, sabiendo que más adelante podrá lijar cualquier irregularidad.
Ahora bien, si cometemos ciertos errores antes de coger la llana y la espátula, es casi seguro que el resultado no será bueno, por mucho que después seamos unos virtuosos con las herramientas.
Dejamos que sea primero Jon Ariño quien nos explique cuáles son estos 6 errores más comunes.
01 No escoger el plaste adecuado
Hay muchas clases de plaste. Casi tantos como tipos de trabajo. Algunos de ellos, como el Aguaplast Standard, son de uso general y lo mismo podemos usarlos para reparar una pequeña grieta, como para fijar la caja de un enchufe, por ejemplo; pero otros, en cambio, son muy específicos. Por ejemplo, hace falta un plaste muy adherente, como el Aguaplast Cubre Cerámica, para cubrir azulejos, o uno muy duro, como el Aguaplast Fijación, para colocar una barandilla. Por eso es muy importante que, antes de ponernos manos a la obra, escojamos el plaste correcto.
02 No preparar bien la superficie
Es un paso en el que insistimos mucho normalmente. Las superficies deben estar siempre limpias de grasa y polvo (incluyendo por supuesto el del lijado). Si no, estaremos comprometiendo la capacidad de adherencia del producto. Hay que pensar que el plaste o masilla se adherirá a la capa superficial; no son productos que penetren como un consolidante. Si esta capa superficial no está, a su vez, bien adherida (caso del polvo, la grasa, pero también las pinturas de mala calidad), todo el sistema se puede venir abajo.
Si hablamos específicamente de plastes o masillas de acabado, es decir, de enlucido, preparar el soporte también se refiere a la planitud. La corrección de las irregularidades corresponde a las capas inferiores, o sea, las del enfoscado.
Por último está el tema de la humedad, pero eso lo tratamos en el punto 4.
03 No respetar el espesor máximo recomendado
Los plastes y masillas suelen tener un espesor máximo recomendado, a no ser que se indique lo contrario. Esto quiere decir que, si aplicamos demasiado carga de una vez, nos podemos encontrar, en primer lugar con un problema de descuelgue. Esto significa que el producto pierde firmeza y se desliza hacia abajo, poco o mucho. Y, en segundo lugar, nos encontraremos, casi seguro, con un problema de merma, e incluso fisuración. Esto quiere decir que, al perder su parte de volumen de agua, el producto se contrae e incluso se agrieta.
04 Aplicar sobre soportes húmedos
Los soportes deben estar secos casi en todas las situaciones. Es cierto que hay ciertos materiales que se pueden aplicar sobre soportes húmedos y es cierto, también, que los morteros se suelen aplicar sobre soportes humedecidos, pero, en general, la inmensa mayoría de plastes, masillas y pinturas deben aplicarse sobre soportes limpios y secos. En el caso de los plastes, al aplicar sobre un soporte húmedo podemos alterar la proporción de agua/polvo, cosa nada recomendable.
05 No respetar los tiempos de secado
Aunque los tiempos de secado varían ligeramente dependiendo de la temperatura y de la humedad ambiental, ten siempre en cuenta el dato orientativo que viene en el estuche del producto. Algunos plastes permiten aplicar varias manos, una sobre otra, aunque la capa anterior no esté completamente seca, pero eso es algo que viene específicamente reseñado en el envase. Para todos los demás plastes es fundamental respetar el tiempo de secado y no debemos lijar, pintar ni aplicar otra mano antes de que el producto esté completamente seco. Si obviamos esta regla podemos encontrarnos con varios problemas: al aplicar una segunda mano sobre una primera que no ha secado bien podemos encontrarnos arrastrando ambas, pueden aparecer bubujas… No es un consejo que afecte solo al acabado; también afecta a la durabilidad.
06 Intentar retrasar el fraguado
Uno de los errores más comunes cuando afrontamos trabajos de cierta envergadura consiste en mezclar de una vez una gran cantidad de plaste de secado rápido. Ten en cuenta siempre el tiempo de trabajo del producto, no mezcles 20 kilos de plaste como Aguaplast Express si no eres un auténtico profesional capaz de despachar 20 kilos a espátula y llana en media hora. Y sobre todo, si ya has cometido el error de mezclar demasiado producto, ¡jamás intentes enmendarlo añadiendo más agua cuando el plaste comience a secarse en el cubo, ni vuelvas a removerlo! Eso haría que la estructura molecular que ya había empezado a formarse se rompiese, y como ese proceso no puede volver a iniciarse, el plaste, muy probablemente, perderá su dureza y su capacidad de adherencia. Aunque después lo veamos seco y creamos que nos hemos librado, lo cierto es que es casi seguro que el plaste no estará bien. Sería el equivalente en plastes al famoso (y temido) yeso muerto.