Todo bricolador que se precie se ve obligado de vez en cuando a sacar el taladro; una herramienta que asusta a muchos, pues no ofrece segundas oportunidades. Al fin y al cabo, todos tenemos “un amigo que tiene un amigo” que alguna vez partió una baldosa del baño intentando colgar una jabonera, o que picó una conducción de agua en lo que prometía ser una operación sencilla para colocar un cuadro.
Pues bien, hoy te ofrecemos algunos consejos de lo más útil para que, la próxima vez que tengas que utilizar el taladro, todo acabe felizmente. Toma nota:
01 Taladrar baldosa
La pesadilla de cualquiera que se enfrenta a la delicada operación de taladrar sobre una baldosa es que la broca patine y deje un surco; o peor, que se parta el azulejo.
Para evitarlo resulta muy útil “abrirle camino a la broca practicando un ligero orificio con un clavo en el punto en el que vayamos a taladrar. Así la broca queda encajada y no patina tan fácilmente. No se trata de hacer un gran agujero, sino de marcar ligeramente la superficie. Además, si pegamos dos trozos de cinta aislante formando una cruz, evitaremos que el azulejo se agriete.
Por supuesto, también, es muy importante escoger la broca adecuada y comenzar taladrando a baja velocidad.
02 Taladrar hormigón
El problema de taladrar materiales muy duros, como el hormigón, es que la broca se recalienta y puede quedar roma. Por eso, aparte de escoger brocas específicas para hormigón, es necesario hacer un alto cada poco tiempo (10-15 segundos) e, incluso, introducir la broca en agua fría. Pero ¡ojo! recuerda que la electricidad y el agua no son buenas amigas.
03 Taladrar metal
Para taladrar metal sirven todos los consejos que te hemos dado hasta ahora: escoger una broca específica, marcar con un punzón o clavo el punto donde vayamos a taladrar y parar cada poco tiempo. Pero sobre todo, aquí más que nunca, no te olvides de utilizar gafas de seguridad y guantes. ¡Las esquirlas de metal son muy peligrosas.
04 No pasarse de la raya
Si tenemos que taladrar hasta una profundidad concreta pero no contamos con un taladro que incorpore un tope regulable, resulta muy útil poner cinta aislante en la broca, justo en el punto de penetración máxima. De este modo podemos utilizar dicha marca como referencia visual para detenernos.
05 Tenerlo todo limpio
Y por último, un consejo no relacionado directamente con el taladro, pero que tiene mucho que ver con su utilización. Si no queremos dejar la casa llena de polvo al taladrar las paredes, podemos pedir a alguien que nos ayude colocando el tubo de la aspiradora justo debajo de la broca. Puede que luego los cuadros queden torcidos ¡pero al menos no tendrás que pasar la escoba!