Son muchas las consultas que me llegan sobre qué hacer en casa con los radiadores, cómo conseguir disimularlos o hacer que –en la medida de lo posible- queden bonitos. Este elemento, como muchos otros (véase la lavadora, por ejemplo) son imprescindibles en un hogar pero no ideales estéticamente. Al menos no de forma generalizada.
De ahí que el ingenio nos haya llevado a aplicar algunos trucos que pueden hacer que, al menos, queden más integrados decorativamente hablando en una estancia. Se pueden cubrir con módulos de rejilla específicamente diseñados a tal efecto, se pueden pintar de colores y hacer que sean un elemento decorativo en sí o también podemos disimularnos con una o dos baldas colocadas estratégicamente sobre ellos. Esta última posibilidad es la más efectiva, sencilla y económica de todas y en la que recomiendo centraros.
Para disimular un radiador aplicando esta técnica, deberemos seguir estos pasos:
Las medidas
Medir el radiador en cuestión y localizar una balda que sea unos cinco centímetros más larga que este.
Si no la hay de esa dimensión en el mercado, siempre tenéis la posibilidad de colocar dos contiguas o encargar la balda a medida en cualquier centro de bricolaje.
Colocar las baldas
Después de tener la balda habrá que ubicarla a unos 5-8 centímetros de alto sobre el radiador y dejar que sobresalga por cada uno de sus lados otro par de centímetros.
Este espacio será más que suficiente para que el calor que emite el radiador encendido se evacue sin problemas.
Hora de decorar
Una vez tenemos la pieza central colocada llega el momento de decorarla para que así, todo el conjunto, disimule el radiador y lo integre en la estética general de la habitación.
Para esto, mi consejo es que forméis un grupo de objetos y elementos decorativos de diferentes alturas (fotos o laminas, unas letras de madera, unas velas, un jarrón pequeño con algunas ramas o flores…) y los ubiquéis sobre la balda creando un triángulo visual. Esta técnica de agrupación de objetos resulta tremendamente atractiva para el ojo humano y hace que percibamos el conjunto de forma agradable y bella.
Toques finales
¡Y una última cuestión! Si en la zona queda mucha pared libre después de colocar la balda sobre el radiador, podéis completarla con una lámpara o algún cuadro.
Si lo hacéis, aplicad la misma regla: que ese elemento se integre en altura y forma dentro del conjunto que ya habéis creado sobre la lamina. Claro que, si aún así veis vuestras paredes muy desnudas, siempre podéis colocar unas molduras decorativas. ¿Os atrevéis?