Las molduras para pared son un recurso decorativo muy antiguo. Solían ser un signo de distinción y elegancia, propio de casas señoriales. La mejora en los aislamientos, sin embargo, hizo que el panelado de las paredes dejara de utilizarse y, como consecuencia, las molduras que decoraban los paneles desaparecieron también.
Pero últimamente las molduras están volviendo a ponerse de moda. La dictadura de lo diáfano toca a su fin a medida que vemos, cada vez más, papel de pared, frisos y molduras decorativas. Si perteneces al grupo de los convencidos de esta nueva corriente, te explicamos cuáles son los pasos que debes dar para colocar tus propias molduras.
01 Planifica
Se pueden hacer muchos diseños distintos con molduras de pared. La figura más habitual es el rectángulo. Puedes crear una sola fila de rectángulos, del suelo al techo, o bien una fila de cuadrados pequeña más cerca del suelo, como si fuera un friso, y sobre ella una fila más alta de rectángulos. Lo importante es saber que, si creas dos filas, las figuras pueden ser de alturas distintas en cada fila, pero deben tener la misma anchura y, además, estar perfectamente alineadas en el sentido vertical.
Las figuras deberán ajustarse a la anchura de la pared a cubrir. Sabiendo el ancho total podremos decidir cuántas figuras y de qué tamaño nos entran, así como la distancia que habrá entre figuras. Como, seguramente, cada pared tendrá un tamaño distinto, no es necesario que las figuras tengan la misma anchura entre unas paredes y otras (aunque deben guardar cierta armonía). Sin embargo, sí es obligatorio que la distancia entre figuras sea la misma. Si no, el conjunto no guardará ningún equilibrio.
Recuerda a la hora de calcular que si en tu pared entran, por ejemplo, cinco rectángulos, habrá un total de seis espacios entre ellos o entre ellos y las esquinas. Ten en cuenta siempre esto, suma un espacio más al número igual de espacios y figuras.
02 Marca las posiciones
Una vez que hayamos decidido cuántos rectángulos y de qué tamaño vamos a hacerlos, comenzaremos marcando las posiciones en las que van a ir las molduras. Básicamente aquí se trata de hacer una cuadrícula que se ajuste a nuestro diseño.
Para marcar la pared podemos utilizar una regla de albañil y un nivel, o bien un felxímetro y un tiralíneas.
03 Corta todas las piezas
Al contrario que las molduras de techo, las molduras de pared no son de poliestireno, sino de materiales más duros (plástico, madera, aglomerados…) El motivo es que las molduras de pared están situadas a una altura en la que son susceptibles de sufrir golpes. De hecho, algunas veces se utilizan para proteger las paredes de las rozaduras de los respaldos de las sillas en los comedores.
Es muy importante utilizar una sierra adecuada al material del que estén hechas las molduras, o los cortes podrían quedarnos mal. También necesitaremos una ingletadora para cortar los extremos en ángulo.
Una vez que tengas el diseño claro y hayas hecho todos los cálculos, corta las piezas que van a conformar una sola figura y preséntalas sobre la pared sin pegarlas. Si te parece que está todo correcto, utiliza ese primer corte como guía para realizar los demás. Corta todas las piezas de una vez y agrúpalas: las horizontales por un lado, las laterales por otro.
04 Pega
Ahora ya sí ha llegado la hora de pegar las piezas en su sitio. Esto puedes hacerlo con Fija Todo de Beissier. Aplica un cordón por la parte posterior de las piezas, preséntalas en su lugar y presiona hasta que queden bien fijadas. Recuerda que la superficie debe estar bien limpia de polvo y grasas para asegurar una correcta fijación.
05 Tapa las juntas
Una vez que tengas todas las piezas pegadas, aplica Aguaplast Pluma en cada una de las juntas. Así conseguirás una sensación de continuidad, como si cada cuadrado hubiera sido tallado con esa forma, en lugar de compuesto a base de cuatro listones. Recuerda, no solo puedes aplicar Aguaplast Pluma con el dedo, es que, además, es lo más práctico en este caso.
06 Pinta
Ya tienes las molduras colocadas en la pared. Ahora solo queda pintarlo todo. La pintura terminará de sellar las molduras integrándolas en la pared. Puesto que se trata de pintar dos tipos de material diferentes (el de la moldura y el de la pared propiamente dicha), es de vital importancia aplicar una imprimación previamente. Puedes dar una mano de Fixacryl y, una vez seca, ya puedes aplicar la pintura que desees.
Listo. Como veis, se trata de un proceso que lleva su tiempo, pero que no tiene nada de complicado. ¿Qué opináis? ¿Sois más de molduras o de paredes lisas? ¡No dudéis en dejar vuestro comentario!