Desde Donostia nos llega este proyecto de renovación de una puerta que, dicho sea de paso, venía necesitando una actuación urgente a juzgar por las fotos que su autor (y dueño de la puerta), nos ha hecho llegar.

Él mismo nos cuenta la situación y cómo la solucionó:

«La puerta quedó muy estropeada hace un par de años a raíz de una reforma que hicimos. Tenía muchas marcas de golpes, zonas descoloridas, manchas de pintura de la fachada, e incluso marcas de haberla limpiado con agua a presión (sin mucho éxito). Siempre pensamos que la cambiaríamos enseguida, pero el tiempo iba pasando y no nos decidíamos a comprar una nueva. La única persona ajena a mi familia que podía verla era un vecino, y aunque hay confianza, ya me daba bastante vergüenza tenerla como la tenía. Así que decidí ponerme manos a la obra.

Conocía la pintura Todo Terreno al Agua por vuestro blog, y cuando vi que estaba disponible en color verde, terminé de decidirme. Es cierto que el tono de la Todo Terreno no es ni parecido al de la puerta original, pero es que esta tampoco se parecía mucho al de las contraventanas, que se cambiaron durante la reforma. Cuando abrimos los botes de Todo Terreno no las teníamos todas con nosotros. No sabíamos si ese tono iba a ser adecuado para la puerta. Nos dijimos que siempre podríamos utilizar la Todo Terreno como imprimación y, si no nos gustaba el color, terminar más adelante con un esmalte. Pero lo cierto es que después de haber terminado de pintar, el color, un poco pastel, nos ha ido conquistando. De momento así se va a quedar. En cuanto al acabado, ¡parece una puerta nueva!

Sobre el proceso de pintado no hay mucho que contar: limpié bien la puerta, lijé un poco, encinté y hala, a darle, sin más. Un par de manos fueron suficientes. Pensaba haber lijado ligeramente la primera capa antes de aplicar la segunda, pero me dio pereza y, la verdad, el acabado no echa a faltar ese lijado. En definitiva, estamos más que contentos. Claro que tampoco era difícil teniendo la puerta como la teníamos…»