Si os fijáis en la foto, el degradado lo hemos conseguido, no con diferentes tonos del mismo color, sino con colores diferentes, aunque emparentados; en este caso todos forman parte de la paleta gris/azul.

Generalmente, cuando consultamos un libro o un panel de muestras, los colores suelen venir agrupados de manera que si escogemos muestras contiguas, casi seguro que quedarán bien juntas.

Antes de hacer nada en la pared, practica un poco dibujando horizontes de montañas en un papel. Para que el efecto quede mínimamente realista debes tener en cuenta que las cadenas de montañas deben estar más juntas a medida que “se alejan”. Es así como las veríamos si estuviéramos subidos en una hipotética cumbre. Otro buen consejo es que, donde una cadena desciende, la siguiente tiene que ascender, aunque siempre de manera irregular, o de lo contrario conseguiremos un efecto muy artificial.

Una vez que hemos dado con el diseño que más nos convence, trataremos de reproducirlo en la pared usando un lápiz. No debemos marcar mucho la pared. Lo justo para poder alejarnos unos pasos y obtener una vista general, y después para usarlo de referencia.

Después de haber protegido convenientemente los extremos de la pared, el suelo, el rodapié y los apliques, comenzamos con la aplicación de la pintura. Como los colores superiores son más claros que los inferiores, empezaremos por ellos. De esa forma, si cae alguna gota debajo, los colores que apliquemos después la cubrirán sin problemas. Cada color que apliquemos debe llegar exactamente hasta la línea inferior, no hasta la base de la pared. Así no solo ahorramos pintura y tiempo, también nos aseguramos de no cambiar el tono de los colores inferiores. Dejaremos siempre que una capa se haya secado completamente antes de aplicar la siguiente; de lo contrario podrían mezclarse los colores donde queremos líneas definidas.

Para llevar a cabo este trabajo es necesario emplear una pintura de mucha viscosidad, porque vamos a empapar la esponja generosamente. De no usar la pintura correcta, en cuanto esta toque la pared chorreará en goterones y estropeará el efecto.

Nosotros te recomendamos emplear, o bien la pintura para fachadas Granocryl BRS SL03 o bien la Granocryl BRA SL01, ya que debido a su textura ligeramente arenosa son ideales para este trabajo.

Como ya hemos dicho, la combinación de colores queda a gusto del bricolador, cuanto más contraste, más llamativo será el efecto. Para aplicar la pintura tomaremos una esponja de red con el puño y mojaremos su parte inferior. No se trata de mojar un área demasiado grande, pero sí de que la parte que empapemos lleve la suficiente carga.

A continuación aplicaremos la pintura en pequeños toques sobre la pared. Aquí se trata de conseguir una distribución más o menos regular, por lo que debes procurar que los toques estén regularmente repartidos (más o menos espaciados según el gusto) y que dejen una mancha de tamaño parecido.

Una vez que tengamos la pared cubierta de manchas de pintura (o en cualquier caso antes de que esta haya comenzado a secar) tomaremos una llana de acero inoxidable y procederemos a alisar cada mancha por separado con pasadas oblicuas y cortas (apenas un toque de muñeca), tal y como se ve en el video de abajo. Repetiremos el proceso de aplicación y alisado hasta haber cubierto todo el paño.

Comenzamos preparando la pared como para cualquier otro trabajo de pintura: limpiando bien el polvo y las manchas, protegiendo el suelo con papel de pintor y enmascarando las superficies que no queramos pintar (interruptores, enchufes, radiadores, rodapiés…)

Si vamos a llevar a cabo el trabajo con una pintura de un color distinto al de la pintura antigua, pintaremos la pared normalmente, con un rodillo, y dejaremos que esa mano o manos sequen antes de empezar con este trabajo.

Para dar relieve a la pintura vamos a necesitar que esta sea bastante espesa, por lo que evitaremos diluirla. La aplicaremos con un rodillo muy cargado (tanto que el principio ni siquiera rodará). Por lo tanto no es en absoluto necesario emplear una bandeja escurridora. Tampoco nos preocuparemos por extender demasiado bien la pintura, esta debe quedar “emplastada”, más que extendida, aunque cuidando de no dejar una capa exagerada.

Nosotros hemos empleado para este trabajo Lismoat Anticondensación; una pintura que, además del efecto decorativo que buscamos, nos dará ciertas propiedades aislantes.

Usaremos una paletina de pelo largo para marcar los patrones semicirculares. Simplemente apoyaremos la paletina sobre la pintura y la extenderemos en un semicírculo. El pelo de la herramienta creará ese efecto estriado. Nuestra recomendación es comenzar por la parte superior de la pared e ir bajando “en filas”, de esa manera los patrones inferiores se superpondrán a los superiores, creando una sensación de profundidad.