Si hay una estancia difícil de diseñar, esa es sin duda el cuarto de baño. Suelen ser espacios pequeños, pero que deben acoger elementos bastante voluminosos que, además, no se moverán jamás. Así que si nuestro cuarto de baño es pequeño o cuenta con unas proporciones desfavorables, decidir dónde va cada elemento no es una cuestión sencilla. Con estos pequeños consejos, esperamos ayudaros.
01 El problema de las puertas
En cuestión de puertas, los baños son una excepción. Como la hoja de la puerta utiliza un espacio en él no se podrá fijar ningún elemento, es algo aceptado que, en los baños, las puertas pueden ser más estrechas de lo normal. Así, si una puerta estándar de cualquier otra estancia tiene una anchura de 70 centímetros, la de un baño puede perfectamente tener 60 centímetros. Es algo que no chocará a nadie. En cambio, colocar una puerta que se abra hacia afuera de la estancia es una auténtica chapuza. Antes que recurrir a esta alternativa, podemos montar una puerta corredera.
02 Dimensiones mínimas
Es posible encontrar lavabos tan pequeños que podremos aprovechar cualquier hueco para ponerlos, pero debemos tener en cuenta que, para que nos hagan servicio deberán contar con un espacio delante en el que podamos movernos. Con 70 centímetros (contados desde el borde exterior del lavabo), podremos lavarnos la cara sin pegar con el trasero en la pared opuesta.
En el caso de los inodoros, se debe respetar un espacio mínimo de 80×130 centímetros. Este espacio se calcula tomando en cuenta las dimensiones medias de un inodoro más el espacio que necesitaremos para estar cómodos en él, que es de 20 centímetros por cada lado y 60 centímetros para las piernas.
Los platos de ducha, igual que los lavabos, es posible encontrarlos de todos los tamaños, pero si nos decantamos por una ducha de obra, debemos tener en cuenta que por debajo de 90×70 podemos tener serias dificultades para ducharnos. Otra cosa a tener muy en cuenta es el mecanismo de apertura de la mampara.
03 Distribución de volúmenes
Un mismo baño, con sus elementos distribuido de manera distinta, puede crear efectos muy diferentes. Evidentemente, las proporciones de la estancia y la distribución de las tomas de agua y las bajantes determinarán en gran medida dónde podremos colocar cada elemento; pero si podemos escoger, lo más recomendable es alinear los elementos en un lado y dejar libre la otra mitad. Al contar con un espacio amplio en lugar de dos o tres más pequeños distribuidos entre el inodoro, la ducha y el lavabo, se crea la impresión de que la estancia es mayor.
Otro consejo, si estamos ante un baño estrecho y alargado, es que situemos la ducha al fondo. Colocándola a un lado crearíamos la impresión de que el baño es aún más estrecho y alargado, mientras que situándola al fondo contribuiremos a hacer más cuadrada la estancia.
04 Planos continuos
Aunque se trate de una mera ilusión óptica, la continuidad de planos contribuye a que percibamos una estancia como más amplia de lo que es. Así, por ejemplo, una ducha de obra que, en lugar de plato, tenga el mismo pavimento que el resto del baño, hará que el baño nos parezca más grande. También debemos evitar alicatar la zona de la ducha con un tipo de baldosa distinta al resto del baño. Además, una mampara transparente nos permitirá ver el fondo de la estancia, creando más amplitud, mientras que una cortina o una mampara translúcida conseguirán el efecto contrario.
05 Colores claros
Este consejo es válido para todas las estancias de la casa: Si una habitación o un baño son muy pequeños, píntalos siempre con colores claros. Los colores claros crean sensación de amplitud, mientras que los colores oscuros, aplicados en estancias pequeñas, pueden resultar opresivos. Por supuesto, la iluminación influirá en el mismo sentido: a más luz, mayor amplitud y viceversa.
Dicho esto, cada baño es un mundo. En ocasiones un baño pequeño puede resultar increíblemente acogedor gracias a una buena combinación de elementos decorativos, incluso aunque no se hayan seguido todos estos consejos.