Empiezas queriendo limpiar un poco la fachada y acabas haciendo una restauración integral como un auténtico profesional. Eso es lo que le pasó a Luis, que en compañía de un amigo (uno de esos con los que de verdad se puede contar), se dispuso a darle un lavado de cara a la casa en la que pasa los veranos en San Adrián.
La idea era utilizar una carretilla elevadora para limpiar con agua a presión la fachada, que ya presentaba varias manchas y algún que otro abultamiento. Pero en cuanto se pusieron a ello descubrieron ciertas partes flojas se desprendían con facilidad y que aquí y allí habían surgido grietas de asentamiento.
Lejos de desanimarse, nuestros dos héroes bricoladores del día, se hicieron con los materiales necesarios para reparar todos los desperfectos y se pusieron manos a la obra. Estos son los pasos que siguieron:
01 Limpieza a chorro
Con la pistola de agua a presión limpiaron toda la fachada a conciencia. Esto no solo sirvió para desincrustar la suciedad, sino también para arrastrar todas las partes flojas, que se desprendían con facilidad.
02 Reparación de desperfectos
Con la fachada ya limpia y seca, el siguiente paso consistió en reparar todos los desperfectos que habían quedado al desprenderse el revoco. Para ello utilizaron Aguaplast Exterior
03 Reparación de las grietas de asentamiento
Para las grietas que habían aparecido como resultado del asentamiento del edificio, utilizaron Aguaplast Fibra. Al ser elástico, Aguaplas Fibra se ajusta a posibles futuros movimientos; algo que podría ocurrir si las grietas son, efectivamente, de asentamiento.
04 Imprimación
El siguiente paso consistió en una imprimación completa de la fachada, para lo cual utilizaron Deltafix. Con este producto no solo se cierra el poro, ahorrando mucha pintura en el siguiente paso, sino que además se consolida y endurece la superficie.
05 Pintado
El último paso consistió en el pintado de toda la fachada con pintura Beta Re, de Beissier, en distintos colores. Como la fachada había sido imprimada previamente, dos manos fueron suficientes.
El resultado salta a la vista y cuesta creer que haya sido llevado a cabo por no profesionales. Unos no profesionales que, eso sí, tenían muy claros los pasos que debían dar y muy buena mano para darlos.