Dinamizar las paredes de casa con una alegre composición de cuadros, fotos o incluso otro tipo de objetos (por ejemplo, varios espejos juntos) es siempre una buena opción decorativa.
Eso sí, debemos hacerlo con sentido y evitar que la pared se convierta en un espacio caótico en el que no se lea como un todo lo que colguemos en ella. Para lograrlo, hay varios trucos…
Escoge el estilo
Elegir y determinar bien el área donde colgar los cuadros. Que no sea muy estrecha y que haya espacio suficiente para que la composición respire.
Planifica
Situar la línea central imaginaria de la composición a la altura de los ojos. Aproximadamente a 1,60 metros del suelo.
Distribuye
Usar recortes de papel con la forma de los cuadros a modo de guía. Ayuda a visionar el resultado final y a no equivocarse en la disposición de las imágenes
Encuentra el balance
Buscar la simetría desde el centro hacia los laterales, pero sin que sea demasiado rígida.
Destaca
Colocar los cuadros con más peso visual (por su tamaño, forma o color) en la zona inferior de la composición. Le darán al conjunto más consistencia y solidez.
Siguiendo estos pasos… ¡Las posibilidades son infinitas! Podemos configurar tantas composiciones como se nos ocurra.