No solemos prestarles demasiada atención, pero los marcos de las puertas condicionan de manera total el estilo y la decoración de un cuarto.
Con el cambio en el carácter del diseño actual, en el que se imponen las líneas sencillas, los colores suaves y los elementos decorativos simples, las jambas de las puertas que nos han acompañado durante años pueden quedar algo desfasadas.
Cambiar el marco te ayudará a adaptar el aspecto de la sala a los nuevos estilos decorativos o simplemente a darle una vuelta de tuerca al aspecto de casa.
Para ello sigue estos pasos que te proponemos. Recuerda que sirven tanto si quieres quitar el marco completamente y dejar la puerta a la vista como para cambiar los marcos (junto con la puerta si así lo crees oportuno).
Retira los marcos
Ayudándote de una palanca, un cincel o un destornillador, retira los marcos que ya no te gustan. No te preocupes si al hacerlo provocas desperfectos en la pared, porque después repararemos la zona.
Limpia la superficie
Al retirar el marco, es posible que la pared muestre restos de cola seca o espuma de poliuretano. Con un cúter o la misma espátula vamos quitando estos elementos intentando dejar la superficie lo más lisa posible.
Si hay pintura en mal estado o a punto de desprenderse retírala también.
Repara la zona
Utilizando una masilla adecuada y de fácil uso (por ejemplo Aguaplast Pluma) aplica una generosa capa sobre el desperfecto o los restos de cola que no has conseguido quitar. Una vez se seque, aplicamos una capa más como mínimo.
Cuando esta última capa se haya secado, lijamos como siempre, con suavidad, usando un taco o papel de lija eliminando las imperfecciones de la masilla.
Ahora puedes pintar encima para dejar la pared como nueva.
El paso de reparar la pared con masilla también es necesario si pretendes colocar un nuevo marco, puesto que necesitarás una superficie lisa y sin restos de cola para garantizar que la nueva jamba se agarra a la pared correctamente.