Si tu casa tiene ya algunos años, quizá se hayan quedado en las paredes algunos elementos antiguos que ya no son de utilidad. Los más comunes suelen ser los agujeros de antiguos cables, las cajas de luz, los tacos de sujeción o los antiguos apliques.
Los tubos por los que pasaban cables o los agujeros de esa antigua estantería empotrada, además de tratarse de elementos que ya no son útiles, dejan antiestéticos agujeros y marcas sobre la pared. Atrévete a deshacerte de ellos para siempre de una forma sencilla y rápida.
Tan sólo necesitarás un plaste capaz de rellenar zonas amplias, ya que los agujeros en la pared son normalmente bastante profundos. En este caso te recomendamos utilizar Aguaplast Rellenos que, como su propio nombre indica, te vendrá de perlas para este tipo de proyectos.
Para empezar, mezcla el contenido de la caja con agua según las especificaciones hasta que obtengas una masilla consistente y de fácil uso.
Antes de aplicarla en el interior de los desperfectos, procura que el hueco se encuentre limpio y libre de polvo. Puedes soplar dentro o enrollar una lija y deslizarla por el interior. Así te asegurarás de que la masilla se introduzca correctamente.
Rellena el desperfecto con una cantidad generosa de material, incluso intenta que sobresalga. Así, con la espátula podrás alisar la parte externa más fácilmente.
Como siempre, aplica al menos dos capas para garantizar un arreglo perfecto, respetando el tiempo de secado entre cada una. Para perfeccionar la reparación, tan solo tienes que deslizar una lija por encima.
¡Ya está! Ahora puedes pintar encima y listo.