A veces, un pequeño cambio en el dormitorio puede marcar una gran diferencia. Eso fue lo que pensó Iván cuando decidió renovar el cabecero de su cama. No se trataba de comprar uno nuevo ni de hacer una gran reforma, sino de darle una segunda vida a la pieza que ya tenía, con un acabado mucho más personal y acorde a su estilo. Y lo consiguió con paciencia, sobre todo, con los productos adecuados.
El proceso paso a paso
Lo primero de todo fue preparar bien la superficie para asegurarse de que la pintura agarrara sin problemas. Aquí entró en juego la pintura Todo Terreno, un producto que Iván eligió porque sabe que funciona casi sobre cualquier material y garantiza una adherencia impecable. En cuanto empezó a aplicar las primeras capas, ya notaba cómo el cabecero se transformaba: la base quedaba uniforme, lista para recibir el acabado final.
Una vez seco el Todo Terreno, llegó el turno de la pintura a la tiza. Con su acabado mate y esa textura suave, fue aportando poco a poco el carácter que Iván quería para su dormitorio. El proceso no fue complicado, pero sí requirió mimo y atención al detalle: respetar los tiempos de secado y cuidar las pasadas de brocha.
El resultado final
El antes y el después hablan por sí solos. La superficie luce uniforme, con un acabado mate muy elegante que aporta serenidad y estilo al espacio.
Además, no hace falta ser un experto ni disponer de mucho tiempo para transformar un rincón de la casa. Con el producto adecuado como base, en este caso, Todo Terreno, y un poco de creatividad, se pueden conseguir resultados sorprendentes y muy personales.
Enhorabuena, Iván! Tu proyecto es la prueba de cualquier mueble o rincón de casa puede convertirse en único.
 
                             
                             
                             
                             
                        

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